jueves, 25 de noviembre de 2010

Tercera Temporada de los Ajíes Puta Parió

Voy contando como 16, todavía hay algunos en flor y unos que comienzan a nacer. El primero que salió está enorme y faltan que muten de color....



miércoles, 24 de noviembre de 2010

El Tercer Planeta que encontró EL PRINCIPITO

XII



El PLANETA SIGUIENTE estaba habitado por un bebedor. Esta visita fue muy breve, pero sumió al principito en una gran melancolía.


-¿Qué haces ahí?- preguntó al bebedor, a quien encontró instalado en silencio, ante una colección de botellas vacías y una colección de botellas llenas.


- Bebo- respondió el bebedor, con aire lúgubre.


-¿Por qué bebes?- preguntóle el principito.


-Para olvidar- respondió el bebedor.


-¿Para olvidar qué?- inquirió el principito, que ya le compadecía.


-Para olvidar que tengo verguenza-confesó el bebedor bajando la cabeza.


-¿Verguenza de qué?- averiguó el principito que deseaba socorrerle.


-¡Verguenza de beber!-terminó el bebedor, que se encerró definitivamente en silencio.


Y el principito se alejó, perplejo.


Las personas grandes son decididamente muy pero muy extrañas, se decía a sí mismo durante el viaje.

Hoy 24 de Noviembre de 2010

Declaran al vino “bebida nacional”



Esta tarde el vino será declarado “bebida nacional”. Lo hará la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante una ceremonia que se realizará a las 18 en el Centro Cultural del Bicentenario, que funciona en la sede del ex Correo Central. “Con más de cinco siglos de historia, la vitivinicultura argentina reúne la tradición de los inmigrantes europeos junto a los saberes de los pueblos originarios”, destacó ayer el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez. Y resaltó el valor de esta industria cuyas ventas alcanzan los “10.500 millones de pesos”. El 77% de la facturación correponde al mercado interno y el resto, a las exportaciones.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

P (Gentileza de Jaqueline Martin)

P.

Hace un tiempo escuché una de las preguntas más raras que jamás me habían hecho: ¿ Cuál es mi letra preferida?.

Me dí cuenta que no tenía la respuesta así que me dediqué a buscar una por si alguien, alguna vez, volvía sobre el tema.
Después de pensarlo detenidamente me quedé con la siguiente: la P.
Todo sería diferente si no existiera la p. Las cosas sólo tendrían contra sin pro, lo cual siempre nos dejarían resultados negativos en los balances que, por supuesto, serían desequilibrados.
Por favor se utilizaría aún mucho menos que ahora, y los poetas serían gente que escribe en rimas.
Los pocos recursos potables que nos quedan dejarían de serlo, aunque mineral no lleva p, por lo que todavía tendríamos agua.
En lugar de padres tendríamos madre y tutor. La familia sería más reducida sin los primos, y los padrastros no serían más que el segundo matrimonio de mamá.
Nadie se encontraría nunca de parabienes, y por fin se desmentiría ese invento que los novios de mucho tiempo se convierten en parejas.
No andaríamos por ahí buscando soluciones, puesto que no habría ningún problema para el cual encontrarlas.
Nuestra moneda no sería tan desvalida respecto del dólar;se acabarían los conflictos entre países,y el petróleo dejaría de ser un justificado iniciador de guerras.
Algunos que otros zafaríamos de ser tan pesados, y los pelados serían gente sin ganas de mostrar su verdadero color de cabello.
Los Pérez no tendrían que hacerse cargo de las cuestiones de la gente, y todo recaería exclusivamente en los García.
No deberíamos obedecer tantas pautas, y al quedarnos sin pensamientos, probablemente sintiéramos más.
El pantene sería más barato, ya que no nos cobrarían la marca;
y a los policías no les quedaría otra que autorreconocerse como vigilantes.
Sin p no habría peros, más tampoco posibilidades. Ni puestos de trabajo, ni proyectos, ni por o para siempre.
Sin p no habría plurales, pertenencia, o participación. Ni productos en promoción, de esos que dan dos por uno. Ni polenta en invierno, ni pergaminos firmados en séptimo grado, ni payanas,ni pido ganchos.
Sin p no habría paseos, ni pelotas, ni películas.
Ni protagonistas, ni pasiones, ni perros, ni paz, ni pacifistas.
Y primero, primordial y por sobre todo, sin p no habría palabras.


Por Jaqueline Martin

viernes, 5 de noviembre de 2010

Imaginario terráqueo

Que haya poemas figurados colgados de las paredes como si fueran grafitis urbanos coloreando la ciudad.

Que la música sea sonido estéreo y que una banda de fondo interprete mis palabras tal como me pasan por adentro.

Que no cambie el semáforo antes de que termine el pensamiento que me lleva a tus ojos.

Que los planetas hagan de cadete y les lleven a mis sobrinos besos de buenos días y buenas noches.

Que los placeres terrenales tengan que ver con tocarnos como si fuéramos masa de harina, y que cuando salgamos calientes para crujir, nuestros sentidos canten a coro.

Que no falten ni papel ni lápiz a la fiesta del garabateo y que las palabras bailanteras hagan la coreografía de las historias anidadas en nuestro ser.

Que haya baldes rojos de chupetines en cada esquina para que no olvidemos que ser dulce está cerca.

Que nuestras manos nos guíen por buen camino y que vengan con un detector que nos alerte los peligros antes de tocar.

Que la lluvia aparezca cuando en el hogar arden leños de quebracho y la manta tejida de mi abuela está conmigo.

Que la cena sea el momento culinario por excelencia y que no me vengan con esa patraña de que hay que comer liviano para tener sueños livianos porque prefiero arriesgarme para ver como serán esos sueños.

Que en cualquier bodegón me encuentre una copa de vino rodeada de amigos
Y una cosa más: que la vejez sea una cava sin llave.


Buenos Aires, Octubre 2010

jueves, 4 de noviembre de 2010

Campamento

El borrador del pizarrón había cruzado esa línea delgada que hace cambiar el rumbo de los globos terráqueos. Liso y llano, simple y complejo a la vez, hacia rechinar los dientes y erizaba si era necesario.


Te ponías el borrador en la mano y la sensación de poder invadía toda el aula, llenándola de polvo, como si hizo sanara el sonido en seco que dejabas al golpearlo.


Nos mirabas con el seño fruncido y tus parpados se movían para entender porque varias mujeres parecían distintas. Te esforzabas, y hasta casi, que te prometías cometer errores para que te prestáramos atención. El cambio de horario de esa clase te venia perturbando desde hacia tiempo, porque ya no te ponías metas que dejaban ver las agujas de tu reloj como piernas que caminan marcando el paso. Algo no era real en ese campamento, pero no nos importaba mucho porque sabíamos que tarde o temprano decantaría la verdad.

...continuara...