Es Verano.
Es envero prematuro.
Es Zonda y el viento del Norte mezclado con la corriente fría que es una fuente solo del imaginario.
La concentración flota. Es volátil. Diría que vuela. Que sofoca el pensamiento hasta adormercerlo.
Los pies dentro de las naves anidan pasos, por momentos inciertos y por otros alerta de querer ser desnudos cuando vean esa oportunidad innegociable.
Parece que caminas despeinada.
Si, no estás soñando.
Todo te despeina.
Incluso tu propia mano que intenta disimularlo.
Hay ruidos de aguas de vertientes y en los ecuadores fuegos intermitentes.
Tengo en mente poemas.
Una corriente que invite a lo trascendente y que implique compromiso por la palabra en ascendente.