Voy a jugar al solitario, como cada vez que necesito ordenar mi cabeza.
O tal vez, al backgammon, con algun otro solitario.
No es que tenga mucho tiempo, pero me hace bien.
Los cartas te ayudan a pensar y a no pensar tambien.
Aca no hay guita de por medio, no se timbea con cualquiera, y no se ahogan las penas.
Aca hay otra cosa...