miércoles, 12 de agosto de 2009

Ripasso

Un aeropuerto cargado de expectativas y asientos gastados de lágrimas.
Y Tú, salida de la manga, como el As que se baraja en el momento preciso.
Una caña con un pincho, me acompaña en la agonía y me transporta al lugar donde te miraba con amor.
Esa tarde de luz me devuelve tu cuerpo como un reflejo.
Le pediré al primer pájaro que emigre, que lleve mi consuelo lejos porque el invierno me quema por dentro.
Los vuelos que tomamos dejaron de hacer escala con anillos iguales.