Me faltó decirte lo agradecida que estoy.
Tus palabras directas y crudas me movieron.
Lograron el entendimiento de la comprensión.
Motivaron un adiós sin lágrimas y sin festejo de risas.
Espero qué hayas podido ver qué quise darte amor y no tragedia.
Y qué ví los equívocos, pero también los aciertos.
Sirve todo.
Inclusive lo invadido que te tocó sentir.
No me sale odiarte.
Gracias de nuevo.